Para los que vivimos la crisis financiera de 2008 como adultos a cargo de familias o profesionales en crecimiento, la crisis financiera de 2008 dejó una cicatriz generacional en nuestra psique colectiva. El bálsamo es la innovación.
En consecuencia, hemos sido testigos del auge de la tecnología financiera o Fintech. La tecnología ha hecho posible que muchas empresas financieras emergentes hayan encontrado una vía la expandirse y crecer a partir de las oportunidades creadas por el desarrollo tecnológico.
Al igual que los fabricantes de automóviles de la década de 1980, las instituciones bancarias tradicionales ya no pueden dormirse en sus laureles y continuar haciendo negocios como de costumbre. La innovación que ofrece el sector Fintech implora a los bancos y a las instituciones de crédito que brinden a los clientes la velocidad y la transparencia que los clientes esperan.
Los desafíos de la banca
Como miembro de la Generación X, he experimentado de múltiples maneras el dolor y la frustración de la banca de consumo tradicional.
Soy una de las que ha hecho fila durante más de media hora para depositar un cheque antes de que existieran los cajeros de depósito o las transferencias bancarias por internet. Pasé por el trámite de entregar varios documentos en la sucursal bancaria antes de poder abrir una cuenta empresarial o conseguir una tarjeta de crédito. Y perdí más de dos horas intentando encontrar una solución financiera para crear un fondo de ahorro para la universidad de mis hijas.
Acepté la misteriosa demora que aún existe en algunos depósitos y transferencias entre bancos o entre países. Tener que esperar 36 horas para validar una transferencia entre bancos de dos países pudo tener sentido en la era anterior a la banca digital, pero ahora parece una excusa para mantener el dinero fuera de mi cuenta para que alguien (que no soy yo) se beneficie con ello. Cada vez que planteo casualmente este tema, nadie en la industria confirma o niega mi hipótesis.
¿Cuánto está cambiando la tecnología a la industria bancaria?
Tuve la suerte de ser criada por un padre emprendedor y una madre contadora pública que hablaban sobre finanzas y negocios en casa de manera rutinaria. Desafortunadamente, la mayoría no ha tenido ese privilegio.
La jerga y la opacidad del lenguaje financiero ya no es un statu quo aceptable para los clientes bancarios cotidianos que se benefician muy poco de las nuevas opciones de uso y administración de su dinero.
También ha habido una democratización de las finanzas que va más allá de simplemente eliminar la jerga.
La Fintech ha dado la vuelta a la estructura de las tarifas bancarias. Quedaron atrás los días en los que tenías que cumplir unos requisitos mínimos para cuentas corrientes, de ahorro y de inversión. Hoy, todo el mundo puede invertir, incluso con sus ganancias marginales.
¿No te gusta tu institución financiera? No te preocupes. Hay al menos media docena de empresas e instituciones emergentes que están ahí dispuestas a manejar tu dinero de una manera más eficiente, directa y adecuada a tus necesidades.
Es verdad que las instituciones tradicionales aún luchan por cumplir de manera significativa las expectativas de sus clientes. Pero en general, las cifras disponibles sobre satisfacción de los clientes respecto a sus instituciones financieras apenas se han incrementado.
Hacer realidad ese cambio
Durante los últimos tres años, he trabajado como cofundadora de la plataforma de educación financiera CentSai.com, (en Estados Unidos y México) donde espero estés encontrando información relevante para tus finanzas personales. En este proceso, he hablado con cientos de personas que trabajan en la industria de servicios financieros, educadores de educación financiera y economía, y clientes potenciales de administración y servicios de finanzas personales.
El cambio es lento y los avances aún más, pero los bancos y las cooperativas de crédito finalmente están reconociendo que la cuenta bancaria o de inversión que la gente común y corriente necesita es digital y tiene que estar disponible en su teléfono celular.
Simplemente mira cuántas personas usan aplicaciones como PayPal, Venmo o Apple Pay antes de siquiera considerar usar el mismo servicio de sus instituciones financieras, suponiendo que estas lo tengan disponible.
La importancia de la educación financiera.
La transparencia es el primer paso, pero la educación financiera es la segunda condición, indispensable para iniciar este proceso. Un consumidor sin educación es perjudicial para todos.
Después de todo, un factor clave de la crisis crediticia de 2007-2008 fueron los miles de millones de dólares en hipotecas vinculadas a propietarios a quienes se les hizo creer que el valor de su vivienda aumentaría perpetuamente entre un 5 y un 10% cada año, ad infinitum.
Es primordial cuidarnos de la ignorancia en las finanzas.
El lenguaje bancario básico no es difícil de entender. De hecho, se puede enseñar a través de modalidades como cuestionarios, encuestas, hojas de trabajo, historias de la vida real y podcasts.
Mi cofundador y yo, ambos periodistas capacitados, nos enfocamos en cómo simplificar los conceptos financieros. La gente tiene hambre de información imparcial.
El Foro Consultivo Científico y Tecnológico confirma nuestras sospechas de que en México hay un nivel muy bajo de educación financiera. Sus estudios y encuestas afirman que no es más del 32% de la población mexicana la que posee información financiera de calidad adecuada para la toma de buenas decisiones financieras.
¿Cómo cambiará la tecnología la industria bancaria en el futuro?
Un paso adelante para los bancos y cooperativas de crédito es considerar e incorporar en sus estrategias todo el potencial de las redes sociales. Recuerda que la primera consecuencia de la digitalización de las finanzas es la pérdida de la relación personal.
No podemos hacer retroceder el reloj para volver a las etapas anteriores a la Fintech, ni deberíamos hacerlo. Pero podemos ayudar a los bancos tradicionales, cooperativas de crédito y asesores financieros regionales pequeños y medianos a llegar a sus clientes a través de las plataformas de redes sociales, estén donde estén.
Hay muchas iniciativas que están surgiendo: Facebook ha incursionado en las criptomonedas, PayPal ha hecho inversiones importantes en su servicio de mensajería, Apple ha incursionado en las tarjetas de crédito, Amazon irrumpe con fuerza en el negocio financiero con sus préstamos personales y comerciales; ¡y Elon Musk ha comprado Twitter!
La siguiente generación de tecnología financiera terminará de transformar la industria bancaria y nivelará el campo de juego una vez más, permitiendo que los bancos pequeños y medianos, y las cooperativas de crédito personalicen sus servicios en un entorno social.